"Estaba solo, perdido, como si dijéramos en mis pensamientos. Tenía un libro en las manos: Todas las mujeres de Manet tienen el aire de decir Je sais a quoi tu penses. Sin duda, porque hasta este pintor la realidad interior era más sutil que el cosmos, las célebres y pálidas sonrisas de Da Vinci y de Vermeer dicen en primer lugar yo y el mundo después. Y que con Edouard Manet comienza el cinematógrafo, es decir, las formas que caminan hacia la palabra, más exactamente, una forma que piensa."
Él mastica cuidadosamente, inclinado sobre su plato. Piensa en Gustave Flaubert. Su cara mal afeitada está inclinada sobre el plato.
Él mastica cuidadosamente, inclinado sobre su plato. Piensa en Gustave Flaubert. Su cara mal afeitada está inclinada sobre el plato.