Lo primero que he querido hacer ha sido llorar, pero llevo tanto tiempo queriendo llorar y no pudiendo. Como en toda esta semana santa (así en minúsculas) en Calafell con mi familia. Me he sentido tan extraño entre ellos, tan bicho raro. Que mierda. Es una mierda querer decir cosas y no poderlas decir, pero no sabes porqué, como no poder llorar. Esta anoche he visto otra vez "La soledad" con mis padres. Mi hermano se ha ido a media película porque decía que no pasaba nada y que no sabía a dónde mirar. "Esto es moderno" decía mi padre. "Esto es patético" él. "Escúchales, dicen cosas interesantes" entonces yo he insistido. "La cámara no se mueve, esta película no tiene ni presupuesto. Cuantos efectos especiales." "Espérate, si ha ganado tantos goyas por algo será ¿no?" Mi madre está haciendo un esfuerzo muy grande por comprenderme últimamente. No es fácil. Hay cosas que se le escapan porque yo hay cosas que prefiero no contárselas y hacerle creer a veces que todo va bien. Como cuando he salido a la terraza a hablar por teléfono y después he vuelto y yo ya no era el mismo. Y entonces me he imaginado encuadrado por el marco de la cocina -mi madre no se vería en este plano- y no le he podido decir que quería llorar y no podía y me he sentido en cierta manera solo. Y por eso creo también que tengo un blog.
1 comentario:
la soledad es una putada y es jodidamente difícil enfrentarse a ella. yo te digo, marc, que te ayudo cuando quieras a enviarla un poco a la mierda.
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