y encuentro más belleza en tu humilde rostro imperfecto
que en un primer plano de Paul Newman en La gata sobre el tejado de zinc caliente.
Prefiero tu diente no alineado, sonriente,
y tu mirada miope casi estrábica y llorosa, emocionado,
que corresponden a tus incapaces adolescentes torpes ganas de cambiar las cosas.
Espero acostarme con tus ideales,
despertarme abrazado a tu ancha política.
tengo toda mi confianza puesta en ti y en todos los que sean como tú.
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