Le conoció por Internet, al chico de 18 años que le preguntó si le interesaba la cultura porque era uno de sus mínimos. De no ser así el aburrimiento alcanzaría sus conversaciones y tarde o temprano se aburrirían el uno del otro. No se atrevía a escribir algunos detalles sobre cómo había conocido a este chico, entonces pensó mejor en elidirlos en lugar de disfrazarlos, era una cuestión moral. Al principio desconfiaba de su edad pero a la vez sentia curiosidad por encontrarse con aquel muchacho que se tomaba su tiempo para responder a sus preguntas antes de contestar con una gravedad pesada y desconocida para él. ¿Tú qué quieres tomar? Agua. Y solo fumo cigarrillos si son Camel. Le enseñó su colección de libros y el chico aprovechó para tumbarse en su cama alegando dolores de espalda. Se tumbó a su lado y al decir Clint Easwood recibió un besó inesperado, y entonces tuvo que añadir y tú también me gustas. Y acabó chupándosea mientras el chico disfrutaba como solo se sabe disfrutar a los 18. Al marcharse le vino a la cabeza Zulueta preguntándose ¿Pero la gente qué se cree? ¿que hay otra vida dentro de esta vida? y se puso a escribir.
1 comentario:
al leer esta historia, marc. soy tan feliz! jajajaja
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