domingo, 25 de julio de 2010

Si mi vida fuera una película

pienso que el tema central sería todo ese tiempo precioso que dejamos escapar como si tuviésemos mil años para vivir. Al final de la escapada llegó con cuatro años de retraso. Probablemente nuestras películas también: llegarán. Nunca os lo he contado, pero María tuvo que aprender a vivir fuera de las películas. Si en lugar de arrastrar nuestras pasiones diésemos un portazo, es decir, simuláramos una reconquista de nosotros mismos, quizá ellos se sobresaltarían, sufrirían quizá esta invasión de la primavera. Pero entonces nosotros faltaríamos a nuestra sinceridad. -Tengo derecho a escribir en plural.-

Creo que la soledad consiste en no encontrar nunca a los demás cuando se necesitan, en el momento preciso en que se necesitan.

Decían de ella que estaba loca, ellos no comprenden que lo había comprendido todo. Cuando se está enamorado se ve menos claro, pero más lejos que los demás. es bello este final. pero nosotros no vamos a vernos más y si nos encontramos nos saludaremos y no sabremos qué más decirnos.

se ríe, menos con sus ojos, sus ojos viven su vida.
si si... he aprendido algo. ya lo he comentado en alguna ocasión, pero no se si... hay que alcanzar con rapidez el fondo de las cosas. de algún modo, nosotros ya lo sabíamos ¿no?




1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Sabes?
Son las mejores, las muchachas de ojos tristes.
Son las mejores con diferencia.

Pero importa poco eso, acabará el verano y nos saludaremos por la calle y no sabremos que decir.


En mi vida el tema central no sería ese, pero sin duda moldearía la historia a su gusto y acabaría adueñándose de mis días.