Me duele el estómago pero no tengo hambre. Me he despertado con un deseo mortal. Dando volteretas he llegado a la nevera. "Zumo de coco y piña": dos sabores que crean un tercero. He de autoengañarme, hacer ver que este tipo de cosas me interesan cuando en realidad lo único que me interesa es -esto es muy dramático- cómo filmar en el presente el cine moderno. Es una cuestión necia, el desencanto de nuestros días es muy cinematográfico. Pero Tsai Ming Liang lo hizo, en Rebeldes de un Dios Neón fue capaz de recuperar el cine clásico en un final al estilo Johnny Guitar. Y todo el mundo con dos dedos de frente echa de menos el cine clásico, todo el mundo con dos dedos de frente... Se aprende mucho si le quitas el audio a las películas y las miras como si fuera cine mudo. Las imágenes se revelan ante ti, como si estuvieras viendo la verdad de la película.
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