domingo, 25 de julio de 2010

Si mi vida fuera una película

pienso que el tema central sería todo ese tiempo precioso que dejamos escapar como si tuviésemos mil años para vivir. Al final de la escapada llegó con cuatro años de retraso. Probablemente nuestras películas también: llegarán. Nunca os lo he contado, pero María tuvo que aprender a vivir fuera de las películas. Si en lugar de arrastrar nuestras pasiones diésemos un portazo, es decir, simuláramos una reconquista de nosotros mismos, quizá ellos se sobresaltarían, sufrirían quizá esta invasión de la primavera. Pero entonces nosotros faltaríamos a nuestra sinceridad. -Tengo derecho a escribir en plural.-

Creo que la soledad consiste en no encontrar nunca a los demás cuando se necesitan, en el momento preciso en que se necesitan.

Decían de ella que estaba loca, ellos no comprenden que lo había comprendido todo. Cuando se está enamorado se ve menos claro, pero más lejos que los demás. es bello este final. pero nosotros no vamos a vernos más y si nos encontramos nos saludaremos y no sabremos qué más decirnos.

se ríe, menos con sus ojos, sus ojos viven su vida.
si si... he aprendido algo. ya lo he comentado en alguna ocasión, pero no se si... hay que alcanzar con rapidez el fondo de las cosas. de algún modo, nosotros ya lo sabíamos ¿no?




jueves, 8 de julio de 2010

times take a cigarette

Me duele el estómago pero no tengo hambre. Me he despertado con un deseo mortal. Dando volteretas he llegado a la nevera. "Zumo de coco y piña": dos sabores que crean un tercero. He de autoengañarme, hacer ver que este tipo de cosas me interesan cuando en realidad lo único que me interesa es -esto es muy dramático- cómo filmar en el presente el cine moderno. Es una cuestión necia, el desencanto de nuestros días es muy cinematográfico. Pero Tsai Ming Liang lo hizo, en Rebeldes de un Dios Neón fue capaz de recuperar el cine clásico en un final al estilo Johnny Guitar. Y todo el mundo con dos dedos de frente echa de menos el cine clásico, todo el mundo con dos dedos de frente... Se aprende mucho si le quitas el audio a las películas y las miras como si fuera cine mudo. Las imágenes se revelan ante ti, como si estuvieras viendo la verdad de la película.

martes, 6 de julio de 2010

#1 #2 #3

Para hacer cine rompamos nuestros relojes. Lograremos así ser fieles a nuestra realidad en la que un instante puede contener todo el tiempo del mundo.


Para hacer cine olvidémonos de lo que hemos visto, y rodemos lo que realmente nos apetece. Sólo de ese modo hallaremos en nosotros el impulso necesario para hacerlo y al no haber otro cine necesitaremos el nuestro. Encontraremos en él justamente todo lo que no quisimos olvidar.


Para hacer cine seamos sinceros con nosotros mismos y alcancemos con rapidez el fondo de las cosas: es una cuestión de emergencia.

jueves, 1 de julio de 2010

se nos fue de las manos

pero me has llamado, no nos hemos puesto de acuerdo, mi abstinencia me ha hecho sacar el genio que heredé de los coloraos, tú lo has aprovechado para llamarme perezoso, blablablablabla como siempre nos pasa. hace un año estábamos en Calafell componiéndole una canción a Jose y a Thaïs.

En septiembre te dejó. Acababas como aquel que dice de llegar a Sardenya 49. La mañana de después la realidad te superaba. Lanzaste por la ventana un dispensador de caramelos pez. Me preguntaste si podía asomarme para comprobar que no hubieras matado a nadie. Lo único que se me ocurrió para distraerte fue grabar un videoclip sin compromiso de nuestra canción. Decides el plano -asombrándome nuevamente de la capacidad del ser humano de adaptarse a las circunstancias- y pones la cámara a grabar. Aquel había vuelto a ser un verano fatal.

Juntos queríamos demasiado. Este año hemos aprendido sin querer a vivir el uno sin el otro. Así la vida sucede desordenadamente, como en el cine, y a nosotros todavía nos queda París. Hoy quería dejar de fumar, pero me has llamado.