miércoles, 19 de septiembre de 2012

El cine ante todo IV


Cuando compro una entrada de cine, exijo al director de la película que no haya pensado nunca en sí mismo antes que en los demás. Que haya estado siempre dispuesto a dejarlo todo por amor. Y que haga películas porque no le quede otro remedio. Lo hago porque, cuando compro una entrada de cine, tengo todas mis esperanzas puestas en esa película -escojo butaca y espero incómodo hasta que oscurece.- Espero entonces que la película me de la razón. En todo. Como a los locos. Le exijo volverme a enamorar.


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