domingo, 18 de noviembre de 2007

¿Jugamos al juego?

Me despierto en Barcelona, este domingo soleado de invierno. Desayuno en el café a pie de calle un croisant que mojo en el café con leche mientras ojeo "La invención de Morel" deseoso de viajar a una isla huyendo de todo."-¿Has ido al mercat de Sant Antoni un domingo?/-No /-Pues tienes que ir". Me pierdo entre gente, libros, dvds y tarjetas de DragonBall que me transportan directamente a mi infancia. La verdad es que cuando uno no busca algo en concreto no suele encontrar nada.


Callejeando hacia mi ciudad empiezo a cuestionarme, de nuevo, quién soy. Nuestra identidad es, sin duda, nuestra mayor defensa en estos tiempos que corren. Algunos lo han tenido siempre muy claro; otros, como yo, no tenemos ni idea. Se me ocurre que soy tan Truffaut como Fassbinder. Por mis venas corre tanto romanticismo ligero como existencialismo trágico. Aunque me he inyectado tanto Wong Kar Wai que soy incapaz de disasociar su esencia de la mía. Aunque vivo obsesionado por la forma de Godard, tanto como hace algunos años por la de Bresson. De Pasolini me queda mi interés por los jóvenes ignorantes de belleza distraída -pienso mientras me giro para contemplar al chico con el que me acabo de cruzar la mirada-. También soy Gonzalo, pero a veces me gusta jugar al juego y me comporto como un enfant terrible o como un gato sin nombre. Soy la huella de varias personas que he conocido a lo largo de mi vida y, además, quiero ser como Sócrates.


2 comentarios:

Jylia dijo...

tu y yo (jugaremos algo)

esagranmentira dijo...

Temed el amor de la mujer más que el odio del hombre.


sí que has aprendido de sócrates jajajaja