martes, 1 de enero de 2008

Que la vida iba en serio

Descubrí la identidad del viejo borracho de la barra de L'Espineta, un bar de Calafell. Carlos Barral, poeta y pescador, luchador contra la especulación que ha transformado nuestro bonito pueblo en un paisaje terrorífico. "Brindo por la santa Ley", dijo alzando la voz. Y habla con tal nitidez -quita o pon alguna tos- de hambre, amor, dolor y de sed, que piensas por lo roto de su voz "hay hombres muchos años más tristes que yo".


Su casita es la más bella del paseo, de las pocas que se mantienen intactas. Mi madre me ha contado que siempre andaba descalzo y que murió hace ya varios años.


"Cuentan que en L'Espineta las veladas eran tan intensas que unos alemanes, tras pasar una noche en la terraza, regresaron al día siguiente a la misma mesa que habían ocupado para volver a ver el espectáculo. Creían que, a diario y por gentileza del local, unos cuantos locos bebían, cantaban, recitaban y ejecutaban extrañas danzas para solaz de los clientes. Eso cuentan y pueden creérselo porque yo estaba allí, y puedo asegurar que a la noche siguiente, a pesar de la resaca, todo volvía a empezar como por encanto.Era culpa del local, bendecido en el más exquisito de los bautismos, de inicios legendarios. ¿Dónde si no una tertulia podía juntar a Carlos Barral, Gabriel García Márquez, Alfredo Bryce Echenique, Jorge Edwards, Juan Marsé o el poeta Alfonso Costafreda. La gauche divine.

Eran otros tiempos, cuando en Calafell la arena también era otra.

Las tertulias y las juergas nocturnas se alargaban, tras cerrar el local, en el paseo. Y allí se presentaba la Benemérita a acusarlos de asociación ilícita -en esa ocasión sacaron la pistola-. Los de la Marcha de la Libertad tomaron L'Espineta como lugar de encuentro

Gil de Biedma, Moix, Ferrater, Vargas Llosa, Goytisolo, Carandell, Riera, Senillosa, Tusquets, Oliart, Herralde, Laborda, Colita, Maspons, Matute... Repasar la historia de L'Espineta es como dibujar el mapa de la cultura catalana de los últimos treinta años.

Y, sin embargo, volver a L'Espineta sigue significando algo. Entrar en un tiempo más lento, lleno de mar, quizás mejor, seguro que infinitamente más bonito."

1 comentario:

Jylia dijo...

in the mood for marc