domingo, 30 de diciembre de 2007

¿y si fueras a la carnicería comprarías una croqueta o qué?




Estoy en Calafell, de nuevo. Aún está el frasco con el romero que recogimos debajo del puente, la pared de la cocina sigue siendo retro y aún sigo chocando en ese instante de la canción en el que las notas retoman su ritmo inicial. Me pregunto de nuevo ¿y si fuera a la carnicería compraría una croqueta o qué? Uno llega a entender que lo que estuvo nunca se va del todo.


Pienso en el silencio después de Bach. Es lo único que me preocupa ahora. Este corto se podría llamar tan así como "Esperando a Godard". Pienso en la escena en la que Bruno y Bea contemplan el horizonte del mar. Más tarde se me ocurre volver a leer la carta que me escribiste hace unos meses. Redescubro la última frase "la pareja perfecta si alguien nos grabase con una cámara, nosotros de pie, un horizonte frente a nosotros." Suena Bach, y a mí me da por llorar, sin lágrimas, y reírme, a partes iguales, porque descubro la esencia de esta historia tan inconsciente, Bea, y que todo esto ya lo sabías, porque lo habías escrito tú.


1 comentario:

esagranmentira dijo...

el silencio después de bach.

hoy se me ha ocurrido enviarte un mail. y entrar en tu blog. qué sorpresa. de hecho, marc, había pensado en este final.
además, tu bruno se hace bajito para mí